miércoles, 22 de agosto de 2007

"Dean" desde Ticul


¡Dios es Grande!
Todos se dieron cuenta de lo que paso el día de ayer en el sureste de la republica mexicana, el huracán Dean toco tierras mexicanas en la madrugada del día martes, en el estado de Chetumal. Con categoría 5 y con vientos de una velocidad de 260 k/h azotó nuestro país.
Aquí, en Ticul, Yucatán, desde la mañana del día lunes, se anuncio la llegada de Dean a costas mexicanas, por medio de carros de sonido se invitaba a los habitantes a comprar alimentos, asegurar sus viviendas y evacuar en caso de no tener viviendas seguras, se instalaron varios albergues en toda la ciudad en su mayoría escuelas publicas, comedores públicos y algunos templos. Durante esa noche se podían ver los rostros angustiados de lo habitantes de esta ciudad al recordar aquel año en el que el huracán Isidoro azotó con fuerza esta pequeña ciudad. Comenzamos asegurar ventanas puertas, en el Templo, los techos de los baños recién terminados. Desde el domingo la comida casi se había terminado en los diferentes establecimientos. Marisol y yo fuimos a comprar algunas cosas, pero cuando llegamos a las bodegas apenas si podíamos entrar en la tienda, había mucha gente comprando víveres, y aunque las recomendaciones eran que no hicieran compras de pánico mucha gente salía con montañas de comida, bueno creo que nunca se es demasiado precavido para estas situaciones. Comenzaron a llegar camiones del ejército Mexicano, la noche del lunes la gobernadora Ivonne Ortega visito nuestra colonia para ver los servicios que se estaban dando en los albergues. En nuestra iglesia gracias a Dios los hermanos tienen casas resistentes así que no hubo necesidad de que salieran de sus hogares, bueno, solo yo tuve que ir a dormir a la casa de una de las familias de la iglesia. No por mi vivienda si no por la compañía. Durante la mañana del martes los vientos eran muy fuertes, pero gracias sean dadas a Dios que no hubo desastres ni perdidas que lamentar, incluso se podía ver a la gente en la calle caminado y realizando algunas actividades, sabemos que para otras personas esto fue una suerte, pero para nosotros es un milagro. En Campeche los hermanos Cupul, pastores de la Iglesia Metodista Libre de campeche estuvieron en comunicación con nosotros, y sabemos que también para ellos no fue tan malo el tiempo. Recibimos mensajes por celular, de muchos de los hermanos de todas partes dándonos apoyo y orando por nuestra seguridad, gracias damos por el interés y el amor recibido de cada uno de ustedes, Dios les bendiga. Alabamos a Dios por su gran misericordia, su Paz y su amor, cuan agradecida estoy con mi Señor. ¡Es la primera experiencia que tengo con un huracán! Pero Dios ha sido fiel, a su palabras y el no me ha dejado ni me ha desamparado, Gracias a mi familia quien en todo momento estuvo orando y hablando conmigo. A los pastores que estuvieron orando no solo por nosotros sino por todos los estados afectados. Seguimos orando por los hermanos de Quintana Roo quienes si fueron azotados duramente por el huracán. Por las Islas que en su paso Dean destruyo.
“Dios, gracias por tu misericordia con nosotros”

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